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MÓNICO
“Un ave beoda”
Triste y acomplejado,
destilaba sus penas
de un barril de oxidado.
Vencido, rompe en llanto:
¡Ay, por qué bebo tanto!
Libando de esa espuma,
se le envenena el alma.
Deprimido y ya casi sin alas,
como burbuja de champaña
estalla, eructa y se levanta…